Una apuesta fuerte de la fábrica Cort en cuanto a diseño, acabados y, sobretodo, materiales.
En este bajo encontramos una construcción sólida del cuerpo en luthite, un material sintético con el que Ibanez ya produjo algunas series en el pasado, pero que por cuestiones económicas (resultaba caro) y la reticencia de los mas puristas, no llegó a alcanzar las cotas de mercado que desde un principio se le auguraban.
Pero no acaba aquí la innovación, ya que el diapasón está conformado por otro material sintético, el ebonol, que se ha venido usando en algunas series de bajos fretless de distintas marcas.
Sobre la electrónica sólo se puede decir que está perfectamente elegida e instalada, al nivel de los más prestigiosos bajos modernos.
El atrevido diseño lo convierte en una de esas piezas que levantan pasiones u odios, pero que no deja indiferente a nadie. El único punto flaco que le hemos encontrado es la construcción del mástil: dos piezas de arce (pala y cuello) que resultan demasiado flexibles para los encordados del instrumento. Por el contrario el encastre al cuerpo (atornillado) es tan rígido y profundo que parece un neck-trough.
Si tienes uno, enhorabuena, tienes lo que posiblemente será un clásico, y asegúrate de dejarlo desencordado si lo vas a aparcar algunos meses.
Una prueba de manos de un futuro Billy Sheenan, y es que lo único que hace falta para tocar son ganas, sobra todo lo demás.
Y la prueba "oficial" del vídeo promocional de la serie de 2012.