No sé en qué pensaban exactamente Leo Fender y compañía al bautizar al "Precision", probablemente sólo querían referirse a la innovación de los trastes en esta revolucionaria "guitarra-bajo", pero verdaderamente acertaron en el nombre. 60 años después la ergonomía sigue siendo admirable y la simplicidad de sus componentes hacen de él el caballo de batalla de innumerables bajistas.
La edición que ha pasado por el taller es de 2011 y fabricada en México, impoluta y muy cuidada, redonda de sonido y con alguna innovación con respecto a sus predecesores.
El primer detalle estético es la placa de sujeción del mástil, a la que han grabado el logo conmemorativo del aniversario del P-Bass, pero lo que más llama la atención estética y funcionalmente es la pastilla "V-Split" que presenta un ángulo en dos vertientes que proporciona distinta altura a los polos de las pastillas respecto a cada cuerda. Los imanes de alnico le proporcionan un buen sonido (el clásico en estos bajos) y garantizan una larga vida a las pastillas.
El único punto negativo -aunque de poca importancia- se lo lleva el mástil que, fiel a su diseño original, sigue siendo de una sola pieza, con lo que Fender se sigue sumando a Gibson en la política de no innovar en los clásicos.
En definitiva es "todo un Fender" y, aunque algo alejado de los "American Series", está muy por encima de muchos bajos Coreanos, la mayoría de los Malayos y a todos los Chinos, con una muy buena relación calidad/precio.
El apellido para este instrumento podría ser "Acierto"