Aunque no hay imágenes de la construcción de esta Telecaster en 2010, sí se conservan en el archivo las plantillas originales y los diseños previos de esta guitarra.
El diseño de la pala se concibió como una variante del de la Telecaster original, conservando las formas y dimensiones y añadiendo el espolón que más tarde caracterizó a otras teles y stratos.
El fresado, de 1,2 mm en la pala y 2,5 en el cuerpo se realizó con formón y una pequeña fresadora manual, en el caso del cuerpo no fue suficiente con la pérdida de peso que se obtuvo al eliminar la madera (tilo, muy ligero), ya que la plancha de cobre de 1mm de grosor añadía varias centenas de gramos más. La solución, al más puro estilo Gibson, consistió en hacer unas acanaladuras paralelas al eje de la guitarra que se vaciaron, consiguiendo así un reparto de pesos más estable y una disminución considerable en el peso.
En este caso el grabado de la plancha de cobre se hizo con una proporción de ácido bastante más agresiva y cáustica de la utilizada en otras ocasiones, para conseguir un ataque más profundo. Ambas piezas -cuerpo y pala- se dejaron oxidar de forma natural hasta que apareció el color natural del verdнn (óxido de cobre muy tóxico) que le dio en carácter envejecido que se buscaba.
Tras un lijado y limpieza de la zona superior, se barnizó para detener el proceso de oxidación y evitar cualquier tipo de reacción al contacto con la piel.
Las mecánicas -puente, selletas, clavijero, paca de control…- se trataron con electrólisis hasta conseguir el color cobre envejecido.
Una vez terminada ofrecía uno de los twangs más característicos de todas las Telecasters que han pasado por el taller y una pegada muy nítida y metálica proporcionada en gran parte por la sólida sujeción de pastilla, puente y plancha de cobre. Para aumentar el sustain se le instaló un tensor de cuerdas en la pala, que proporciona un considerable aumento del contacto de las cuerdas sobre el puente. Este hallazgo se incorporó a algunas de las Telecasters que la sucedieron.
Menuda pasada